(Fotos de las expediciones al final)
Hablando con una persona quien me preguntó acerca de cuántas veces había yo ido al Himalaya (Nepal y Tíbet), me despertó el querer escribir acerca del tema ya que aunque breve, tuve una extensa y rica experiencia himaláyica, la cual espero pueda retomar y continuar en el futuro próximo.
Himalaya significa «lugar de las nieves» y es endémico de un área en Asia central donde se encuentran las montañas más grandes e impresionantes del mundo, mismas que se llaman Ochomiles (Eight Thousanders), de las cuales hay solo 14 y están divididas entre los 5 Ochomiles del Karakoram en las fronteras de Pakistán y China (K2, Broad Peak, Gasherbrum I & II y Nanga Parbat) y las 9 de Tíbet, Nepal e India (Everest, Kangchenjunga, Lhotse, Makalu, Cho Oyu, Dhaulagiri, Manaslu, Annapurna y Shisha Pangma).
Foto de la NASA desde el transbordador espacial con el Everest al centro en la parte superior
Foto aérea del Karakoram con el K2 al centro en la parte superior
Coloquialmente, cuando se dice Himalaya, se refiere más a la cordillera limítrofe entre Tíbet (China) y Nepal y Nepal e India, aunque orográfica y geofísicamente, también incluye a las cordilleas del Pamir y del Tien Shan en el nor-noroeste lejano (Tajikistán y Kirgistán), al Karakoram al noroeste intermedio, y al Hindu Kush (India) al noroeste cercano.
Mapa del Himalaya
Y bueno, no es que haya vivido más de un año ininterrumpido ahí, aunque sí pasé más de un año en las majestuosas montañas de allá en un período de 7 años:
La primera vez que fui, fue en el verano de 1995 al Broad Peak en el impresionante y veritiginoso Karakoram (Pakistán), pasando 2 meses enteros a una altitud de entre 5 mil metros en el campamento base, hasta más de 8 mil metros durante el ascenso.
Broad Peak 8,060m
Luego regresé en el otoño de 1996 al Cho Oyu (Tíbet) y estuve 1 mes entre el base a 5,700 metros y la cumbre con sus más de 8,200 metros.
Cho Ouy 8,201m
Después durante la primavera de 1997, fui al Lhotse (Nepal), permaneciendo entre los 5mil y más de 8mil metros durante 2 meses.
Lhotse 8,516m
Posteriormente en la primavera de 1998 fui al Makalu (Nepal) y al base del Everest (Nepal) por 2 meses, pasando esa temporada entre los 5mil y casi 8mil 500 metros.
Makalu 8,481m
En el mismo 1998, pero en el otoño, fui al Manaslu (Nepal) y permanecí ahí por 1.5 meses.
Manaslu 8,153m
Ulteriormente fui al Everest (Tíbet) en 1999 permaneciendo entre el base a más de 5 mil metros y la cumbre por 2.5 meses.
Everest 8,850m
Y finalmente regresé al Everest (Tíbet) en el 2000 (por 2.5 meses) y en el 2002 (por 2 meses).
Lo que eroga 15.5 meses en total, o un año y tres meses y medio lo que he permanecido en el Himalaya arriba de los 5 mil metros de altitud (más otro tanto de temporalidad prolongada en jornadas, dedicadas a los traslados y a los trámites burocráticos).
Evidentemente me ha tocado un poco de todo, desde hacer cumbre y no tener algo dramático que contar (más que el sacrificio extremo de la hipoxia corporal debido a la falta de oxigeno, y el desconfort por el frío, el hambre, la sed y el esfuerzo), hasta ver morir compañeros a pocos metros de mi y a la distancia también.
Este escrito no es de montaña sino de algunas aventuras circundantes a esos viajes…por lo que no voy a escribir acerca de esos ascensos.
Subir montañas es como la vida misma, solo que en un microcosmos más acelerado, sabes de muertes de manera más acelerada que en la vida cotidiana y los problemas de salud se exacerban.
Dicen que si en los viajes conoces a la gente, en los viajes de montaña los conoces a nivel microscópico. Y más aún: te llegas a conocer a ti mismo hasta los huesos, concordando con lo que escribió el legendario explorador Sir Ernest Shackelton: «hemos escuchado el texto de la naturaleza y hemos llegado al alma desnuda del hombre».
Sir Ernest Shackleton
Dicho lo anterior, no lo dejaría ni lo cambiaría, el montañismo me ha dado mucho y gracias a el, he podido recorrer el mundo, situación afortunada que sigo haciendo hoy en día. Obviamente, poseo el gen de la aventura y el gen del liderazgo situacional, de los cuales he escrito en otras entradas del blog.
«El camino más corto hacia uno mismo, lo lleva a recorrer el mundo». – Herman Keyserling.
Herman Keyserling
«El mundo es como un libro, y quien no viaja, lee solo una página». – Agustín de Hiponia.
Agustín de Hiponia
El mundo en tus manos…o no…
«El mundo es tan grande o tan pequeño, como uno mismo se lo haga».- Ivan Loredo Vidal.
Ivan Loredo Vidal
Definitivamente escalar montañas en general y en especial las gigantes, fortalece el carácter, «el tipo de fortalecimiento de carácter que solo se encuentra en las cimas de montañas, cruzando desiertos y océanos y en la guerra» – Capt. Christopher Sheldon, del malogrado buque-escuela Albatros.
El actor Jeff Bridges, interpretando al Capt. Sheldon en el filme biográfico de Ridley Scott, «White Squall», La Tormenta.
Una de las cosas que me gusta de esos viajes es poder haber visitado templos budhistas, estado presente durante ordenaciones de lamas jóvenes y recibido «pujas» o ceremonias budhistas para que la montaña permita que la subamos sin cobrarnos el último precio: nuestras vidas.
Lamas tibetanos en ceremonia en monasterio
Recuerdo una ocasión en 2002 en Tíbet, durante la cual para pasar el tiempo y esperar a que las condiciones del tiempo mejorarán en el Everest, fuimos de excursión por Shigatse con un amigo mexicano y con otros búlgaros, y por salirnos fuera de la ruta trazada para turistas aventureros en nuestro jeep alquilado, nos arrestaron y nos detuvieron en una estación de policía chino-tibetana.
Fue una situacíon cómico-dramática ya que nosotros no hablábamos ni chino ni tibetano y ellos no hablaban inglés ni mucho menos español. Al final pasamos unas horas encerrados tras las rejas, mientras revisaban nuestros papeles, permisos y pasaportes, y, después de una horas muy aburridas e inciertas, nos liberaron y prometimos jamás salirnos de la ruta otra vez para explorar caminos poco transitados en la planicie tibetana! Jaja!
Mapa ilustrando la ruta que he tomado 2 veces desde Lhasa, capital del Tíbet, hasta el base del Everest, pasando por Shigatse.
En otra ocasión, encabecé una rebelión en el 2000 para ir a Shigastse desde el Everest con unos compañeros ingleses, con el malestar que esto le causó al líder de la expedición. En esa ocasión no nos arrestaron ya que nos fuimos directo a Shigatse, a un spa a recibir masajes, baños de vapor y saunas que nos sirvieron mucho para recargar baterías, en especial yo lo requería pues estaba muy contracturado de la espalda.
Shigatse en Tíbet
El trek (caminata) de regreso del Manaslu, es es hermoso, hirsuto, austero, poco visitado y de jornadas largas en el cual durante el 3er o 4to día, intentábamos llegar al poblado de «Tangurmu», el cual jamás vimos o conocimos o encontramos, por lo que terminamos durmiendo en el suelo (camino de tierra) con los primates (changos/monos) del lugar, ya que no llevábamos ni sacos de dormir ni tiendas porque el helicóptero se había llevado todo unos días antes.
Trekkeando en el Mansalu trek trail
Cabe mencionar que llegamos al base del Manaslu en helicóptero y nos bajamos a pie, por lo que no conocíamos el camino y nos confiamos que llegaríamos a dormir en chozas con colchonetas en las noches. A veces, las caminatas de acercamiento pueden ser tan interesantes, intensas y emocionantes como escalar las montañas! Jaja.
El poderoso helicóptero de carga ruso Mi 17V usado en el Himalaya.
También en ese viaje, explorando un poco la llanura por el base del Manaslu, descubrí la cueva de Milarepa, un lugar absolutamente remoto y fantástico! Cuenta la leyenda, que Milarepa (famoso yogui, poeta e iluminado de Tíbet en la edad media), estaba meditando en la planicie debajo del Manaslu y teleportó telekinéticamente una gigantesca roca unos 200 metros arriba de la ladera, donde hoy en día unos lamas construyeron posteriormente un templo muy oculto, silenciosamente enigmático y remoto, el cual ni sé cuantos forasteros hayan visitado o sepan de su existencia, cuando subí a conocerlo al ver al piedra desde abajo, yo era la única persona ahí, aunque no estaba abandonado. Fue una experiencia magnífica y surreal!
Foto del monasterio en la cueva de Milarepa junto a la piedra (a la izquierda).
Foto que marca el punto donde se encuentra la cueva en el el círculo amarillo.
Jetsun Milarepa (1052-1135)
Durante la caminata de acercamiento al Makalu, la cual es de 10 días muy interesantes (en comparación, la caminata al Everest por Nepal es de 5 días mucho menos extremos), en la que pasamos por el «paso» del legendario explorador, Eric Shipton y cuyo nombre tiene: «Shipton Pass» o paso de Shipton.
Shipton Pass
Todo comenzó, volando desde Kathmandú en un avión monoplano pequeño el cual baja en picada a 45° (la única manera de bajar entre tantas montañas en el único campo de pasto donde aterriza en Tumlingtar a 400 metros sobre el nivel del mar), provocando que todos los a bordo vomiten y las alas afuera se vean por las ventanas con sus alerones a 90°!! Yo no vomité, pero si me dio mucho asco que todos vomitaran (recuerdo una experiencia similar en un barco rápido de Cozumel a Playa del Carmen (caribe mexicano) donde me tuve que salir por una compuerta a respirar aire fresco para no oler tanta vomitada, y también yendo de Málaga a Sevilla en autobús por una sinuosa subida, solo que ahí, como en el avión, no había ni como hacerle para no oler las vomitadas de los demás, solo aguantar.
El avión que se utiliza para «aterrorizar» en Tumlingtar de Yeti Airlines
El trek de 10 días nos llevó a vivir unas aventuras memorables, por ejemplo, un día caminamos sobre un campo de nieve, el cual al hundir un pie en la nieve, y pensando que era una pequeña grieta u hoyo, me di percaté que en realidad habían ramas de árbol debajo y que !había deslizado la pierna entre unas ramas! !Estábamos caminando unos 15-20 metros sobre el suelo cubierto de nieve profunda que había cubierto todos los árboles de esa región! !Extraordinario!
Imagen del trek al base del Makalu
Luego, en la noche, al acampar sobre la nieve en las laderas montañosas, encontrábamos a nuestros asombro, huellas de un leopardo de las nieves, el cual seguro buscando comida, rodeaba nuestras tiendas en la noche sin que nosotros nos diéramos cuenta de ello. La verdad es que ese tímido y magnifico felino estaba más asustado de nosotros, que nosotros de el (él).
El elusivo Leopardo de las nieves del Himalaya
En el base del Makalu
Al siguiente relato le llamo: comiendo salmón y caviar ruso a 7,400 metros en el Makalu La (campo 3), en el Makalu a las 7 pm y a -30 grados Celsius con rachas de viento hurracanado de 100 kph.
Una de las experiencias más surreales que me han tocado vivir, fue cuando en mayo de 1998, subiendo en solitario al collado conocido como el Makalu La, muy cansado, ya de noche y con un viento terrible que se aceleraba en forma de venturi y que había destruido varias tiendas, por lo que montar una tienda era imposible, y que me obligó a desplazarme pecho tierra (nieve), para no ser aventado por el viento de regreso hacia la rampa de 600 metros de altitud y con 70° de inclinación que acababa de subir, me dejó atónito.
El Makalu La en el Makalu, es el área en depresión entre la cima alta (derecha) y la baja (izquierda).
No sabiendo qué hacer, me seguí arrastrado intentando buscar un refugio y vislumbré una luz dentro de una tienda rusa y me arrasté hasta ella, cuando llegué, grité para que me oyeran y moví la tienda un poco, para mi sorpresa, eran los amigos rusos Genia (Evgeny) y Bobby (Borislav), quienes estaban muy a gusto platicando y quienes me invitaron a pasar y me acomodaron en su «palacio» ruso, y me alimentaron con lo que estaban comiendo: ¡salmón ahumado y caviar!
¡Simplemente superlativo! Un momento estaba en pánico de pensar en tener que descender la peligrosa pendiente con las condiciones del momento, o pasar la noche a la intemperie y arriesgar congelaciones y amputaciones por el vivac, y el otro estaba tan cómodo como en la sala de mi casa comiendo un manjar. Gracias a ambos (spasibo drugs).
Salmón y caviar
Tambien con ellos dos viví un momento espeluznante en el campo 2, cuando pasada la media noche, escuché un jumbo jet aterrizando al lado. ¿Cuál jumbo jet? ¡Avalancha!
La estruendosa avalancha se desvió de nuestro campamento y nos esquivó ¡por menos de 10-15 metros! Habían como 10 tiendas acampadas, y ninguna fue destruida. Además de lo aterrador que seas despertado por una avalancha mientras duermes dentro de tu saco de dormir, lo impresionante es que nada más se escuchó, Genia y Bobby pasaron corriendo en ropa interior y sin botas sobre la nieve, gritándome que saliera de mi tienda! Es decir, su tienda, la cual estaba como 15 metros más hacia la avalancha (mientras que la mía estaba unos 15 metros más alejada del paso de la avalancha), ya la habían abandonado y yo penas estaba saliendo de mi saco de dormir y abriendo la puerta trasera y los vi pasar corriendo! Vaya velocidad para salvar el pellejo, y justo o que debe uno hacer.
Otra interesante aventura fue cuando después de subir el Makalu, volé directo al base del Everest (sin cobro adicional), para dirigir a un piloto ruso que no conocía la región y necesitaba ir a rescatar a un estadounidense al base del Everest porque tenía las costillas rotas.
Lo que sucedió es que nos regresamos en el helicóptero que habían alquilado los amigos rusos, y al llegar a Lukla, tuve la oportunidad el ir al base del Everest para reunirme con una persona que estaba allá. Mi amigo ruso, Slava (Viatcheslav), lo arregló, le dijo al piloto que yo lo llevaría, ya que yo conocía bien la región gracias a que estuve ahí en el ’97, y que antes de subir al Makalu, acompañé a la persona que quería ver en el Everest hasta el base, y luego me regresé a Kathmandú para iniciar el ascenso al Makalu con mi equipo, muy improvisado estuvo.
Y fue increíble, un trayecto que toma 5 días de Lukla al base lo hicimos en 15 minutos! Además, el poderoso helicóptero Mikoyan, lo elevó a mas de 6 mil metros y pude ver arriba de campo 1 hasta el campo 2 a través del valle del silencio (mismo en el que yo ya había estado en el ´97), y toda la peligrosa e intimidante cascada de hielo del Khumbu antes de aterrizar.
Helicoptero sobrevolando el base del Everest a 5,350m (Nepal)
El problema fue que en cuanto me bajé, como no tenía ni permiso de trekking o escalda, estaba cometiendo un delito y si me atrapaban, quien sabe que pena me darían, lo que sí sabía es que tenían penas y multas que variaban desde los 5 años de prisión hasta los 10 mil dólares. Así que ya había planeado una operación nocturna para burlar a los militares y guarda parques quienes revisan los permisos de ascenso.
Al final, todo salió bien, acompañé a mi amiga de regreso y nadie me detuvo, pero sí estuvo intenso en algunos momentos.
Vista durante el tercer día del trek del Everest (5 días de subida y 3 de bajada) por el sur (Nepal), con el Ama Dablam (6,812m) al fondo.
Ya para cerrar, recuerdo dos eventos intensos y adrenalínicos cuando estuve en el Braldu del Baltoro y en el Upper Baltoro en el Karakoram.
Íbamos por, sobre y en el rugiente río Braldu en jeeps en terreno muy montañoso tipo el Camel Trophy o pasión jeepera, y después de pasar una saliente, volteamos y no venían los demás. Al paso de unos minutos, nos bajamos y retrocedimos para saber que les había pasado. Vaya impresión que nos llevamos al entender que la ladera se había derrumbado hacia el río, y por poco y se lleva a los jeeps que venían detrás! Visto de otra manera, por pocos segundos y nos lleva a nosotros ya que eramos el jeep de avanzada! ¡Wow!
Puente sobre el río Braldu por donde tuvimos la aventura jeepera extrema
La otra aventura fue que después de subir el Broad Peak, salimos por el hermoso y peligroso Gondogoro pass y aún en el glaciar del Upper Baltoro, al encontrarme con un río en medio del glaciar, aventé mi pesada mochila del otro lado para poder saltarla, y mi mochila se cayó al río y por poco la pierdo! Todo, mi ropa, pasaporte, dinero, saco de dormir, todo estaba en ella y no sé que hubiera hecho si la pierdo.
Upper Baltoro
Glaciar del Baltoro (río similar al que cayó mi mochila)
Instantáneamente, me encontré corriendo a 5100 metros sobre el glaciar tras la mochila para ganarle al rápido cause del río, y antes de que se metiera a un grieta profunda y la perdiera para siempre, me puse con una pierna de un lado y otra del otro, y tras un intento previo fallido por detenerla debido a la velocidad y el peso, la rescaté en la ultima oportunidad que me quedaba!
Subiendo al Gondogoro Pass
Así que bien, esos son el tipo de cosas que acontecen en ese tipo de viajes y de los cuales podemos aprender tanto.
«Jamás me sentí tan vivo como cuando estuve en riesgo».- Friedrich Nietzsche.
Friedrich Nietzsche
«Me disgusta la muerte, pero hay cosas que me disgustan más que la muerte, por eso en ocasiones, no evitaré el peligro».- Mencio.
Mencio, filósofo confuciano (370 a. c. – 289 a. c.)
«Cuando me preguntan porque ir ahí (al Himalaya), les contesto: vayan ahí y ahí lo entenderán todo». Sir Francis Younghusband.
Sir Francis Younghusband
«¿Porque ir al Everest? ¡Porque está ahí!«- George Leigh Mallory.
George Leigh Mallory
En otros blogs, escribiré acerca de las aventuras (por separado) de cada uno de los 6 Ochomiles, que tuve la oportunidad de subir, ya que cada uno merece su espacio individual.
A continuación un breve collage de las expediciones (y alguna que otra de otros lugares igualmente interesantes y emblemáticos). Nota: en los 90´s que fue cuando las realicé, no habían cámaras digitales autocorreccionales ni de mega pixeles, por eso las fotos a veces contienen impurezas o suciedades de impresión, o están fuera de foco o sub expuestas o sobre expuestas por la falta de luz o por el exceso de luz, o por la humedad y porque además, son transferencias de diapositivas a papel y luego escaneadas a digital, por lo que se pierde la nitidad.
El autor en la cima del Cho Oyu con el Everest y el Lhotse al fondo
El autor en las cuerdas fijas entre el base avanzado (6,400m) y el C1 (71,00m) en el Everest por el norte (Tíbet)
El autor en el Monte Cook en los Alpes neozelandeses
El autor escalando en el monte Cook
El autor en la cascada de hielo del Khumbu
El autor en el C3 (7,000m) del Broad Peak (el K1 o Masherbrm de 7,821 metros, al fondo)
El autor en el C2 (7,800m) del Everest por el norte (la cima arriba al fondo)
En la cima del Everest (8,850m), el Makalu al fondo.
El en campamento 1 (5,900m) del Everest –Lhotse (Nepal) con mi amigo de Finlandia, Ari Piela.
En la cascada de hielo del Khumbu
Con los amigos sherpas en el base del Everest (5,300m), Nepal
En el mismo base con el malogrado Iñaki Ochoa de Olza de Navarra (España), y el ecuatoriano, Bernardo Huarachi
En el base del Everest-Lhotse, con la cascada y Ari detrás
Comenzando el valle del silencio el Everest -Lhotse (Western Cwm) delante del C1
Vista de la cima del Makalu hacia al macizo Everest-Lhotse (foto del autor)
El autor en la cima del Montblanc (4,810 metros) en los Alpes franco-italianos
El autor en la cima del Aconcagua en Argentina (6980m)
El autor en la cumbre del Huascarán en Perú (6,758 metros)
El autor en la cumbre del Tocllaraju en Perú (6,034 metros)